El fotógrafo ruso Alexey Trofimov llama al lago Baikal “la pieza que no necesita ser cortada”. Es el lago de agua dulce más antiguo, más grande, más profundo y más claro del mundo. Cada invierno, a medida que las temperaturas caen muy por debajo de cero, el agua cristalina del lago forma un hielo brillante como un hielo que brilla con la luz tenue.
Las hermosas estructuras se forman a medida que el lago se congela uniformemente en toda su superficie, lo que hace que algunos peces sean empujados hacia la superficie del lago congelado. Trofimov ha realizado un número de viajes al lago para capturar estas “joyas” en toda su belleza.
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